lunes, 28 de julio de 2008

A...

A juicio de buen juez
he decido irme de la tierra,
explorar el cielo y regresar con mis ángeles guardianes
sobre la noche que cae en un ápice de soledad,
regreso pero no estaré si me buscan,
regreso, pero no es para ser el paria de la luna
que ha vuelto a la Tierra a dormir.

A catástrofe natural de una ciudad
que pacta con otras cenizas como de cigarrillo,
digo que no me siento bien conmigo,
que estoy estrechando manos con leyes que me desprecian
en días donde las hogueras de la vanidad
arden como la entrepierna de una puta ninfómana.

A pasión de brujo-poeta
hechizo mis palabras para envenenar a las mujeres,
desgarrarles sus ropas y aventajarme con ellas
en la enseñanza del amor,
para quien será mi final último

A tortura de mal verdugo,
regresaré,
ya sea moribundo ó sólo regresado
del norte de mi,
buscaré tras las gavetas divinas
una oración aun no quemada
que pida por el alma de mis cigarrillos.

A mi juicio de mal juez
prefiero establecer relaciones unipersonales con las sombras,
y de vez en cuando salir,

salir y comprar un poco de sopa.

César Palomares