sábado, 1 de diciembre de 2007

A veces.

A veces la curiosidad hiere de muerte,
O simplemente hiere el cabello.
A veces las olas recienten la fuerza de la luna,
Algunas otras están calmadas, como estáticas.
La simplicidad de las cosas amerita morir de tristeza,
O definir la profundidad grisácea de los ojos.
A veces, o no sé si siempre, las noches parecen casas de mentiras
Que se desvanecen hasta mirarlas de cerca,
Sin tocarlas, no hay necesidad de contemplarlas,
Olerlas y después enterrarlas.
La esencia de esto y lo otro esta en las manos,
No mis manos, ni tus manos hartas de cualquier cosa,
Sino otras, de esas que se pintan en momentos inesperados,
De locura, de pasión y de odio.
A veces, la cercanía de la materia pende de un espacio,
Pero a veces, sólo a veces, cuando el espacio esta bien definido,
Es entonces que todo y un poco y mis dedos,
No son nada.


César Palomares

El ser y la nada.

El ser, es el proyecto resultante de las horas,
De los pasos dados en círculo o sin sentido,
En momentos del día domingo y
Tal vez algunas horas del día siguiente.
El ser elige entre evolucionar o revolucionarse,
Llorar, usar sus manos y tocar la brisa del mar.
Pero puede perderse en un momento
Y no saberse de él,
Divergir como río naciente por las calles de un pueblo,
O sudar a gotas y puede que hasta riachuelos,
Y así, irse difuminando de las vistas de las grandes ciudades,
Hasta llegar a esparcirse,
Entonces es como si nunca hubiese existido,
No, ni un ápice, ni átomo alguno que pueda ser identificado.
Es de ésta forma y no de otra más compleja que llega a ser la nada,
Pero la nada no es el éter,
Un espacio vacío sin uso predestinado tampoco.
La nada es el desprendimiento de alma y cuerpo,
La huida para ser ciudadano de ningún lugar,
Ni Dios se escapa de la nada cuando no tiene hijo a quien ordenar.
El ser y la nada son un animal simbiótico,
De múltiples estatuas incesantemente construyéndose
Siguiéndose infinitamente del bien al mal.


César Palomares

Asesinar o ser asesinado.

Sinceramente pierdo cuando lo hago,
Ya sea nada o algo.
Hoy el día quema como si pisaras, no lo sé,
Cualquier cosa, hojas secas o agua de lluvia.
Si no te beso es porque no encuentro tus labios
O están demasiado oscuros que se funden con las sombras.
Asesinar o ser asesinado, es el alma de la vida.
Me asesinas cuando olvidas llamarme o no avisarme de tu ausencia,
Te asesino cuando estamos juntos
y no sé olvidar los abrazos de otras gentes,
las caricias, los roces de dedos y tus cabellos.
Y morimos y nos quedamos tendidos uno sobre el otro,
Con los ojos abiertos para saber quien dio el último golpe,
El que se da a quemarropa,
El que hace que la gente no vuelva para hacerlo sufrir.
Y quien vive llora, suspira, y quiere morir junto al otro,
Y espera la resurrección,
Pasan tres días y nada.
Pasa tu vida y aun menos.
Hoy la noche brilla humildemente,
Como si yo hubiese llegado por vez primera


César Palomares

De viento hueco.

Por qué las noches lucen más oscuras
Cuando trato de decirte
Que necesito una palabra tuya y no cedes,
Pues interpones lo que desconozco y no mencionas.
Pero que es eso que mi razón no atiende,
Busca lejos,
Allá donde los ruidos son como silbidos de viento hueco,
De aquellos que no mienten ni con la mirada.
Tal vez deba arder como el petróleo,
Arder hasta volverme humo negro de desprecio
O tan sólo formar parte de un estruendo,
Ser el mínimo ruido,
El que si no estuviera,
La tormenta seguiría,
Pero hoy es el día de la tristeza
Y hay que celebrarlo.


César Palomares

Destino.

Habitualmente como, duermo, tengo sexo,
Me relajo de cabellos hasta la bilis.
Pero sino es así fumo, bebo,
ensordezco las calles de doble sentido,
O puede que escriba poesía ingrata,
Tal vez ir a una parroquia y consultar a un sacerdote
Y alegrarnos de nuestras vidas comparándolas con la de Jesús.
Dormir, prever la luz del día con un reloj Timex,
No muy caro, sencillo como de imitación,
Pues mirar la hora no debe costar dos meses de trabajo.
Llegar a casa, volver a dormir, consultar la hora,
Levantarse y desnudarse para vestirse adecuadamente.
Destino; nada más.


César Palomares

La vida.

Peleo tan duramente las batallas,
Que los días de una compleja vida presenta,
Tengo que comer de pie,
Ya que el tiempo ha devorado mi única silla.

Vaya vida,
Cuando la felicidad es tanta,
Provoca un miedo enorme,
Miedo a ser secuestrado por la desgracia.

Y cuando tienes tiempo de pensar,
Te recuestas sobre tu lecho,
Y viajas al interior de tu almohada,
Y encuentras las lágrimas que perdiste,
E intentas colocarlas en su lugar.

Te despiertas sobre otro día
Y te cuesta trabajo despegarte del hogar,
Volteas los cuadros que te recuerdan tu lucha,
No quieres que el polvo haga de ellos su residencia.

Esto es todo,
Así es la vida,
Cómoda e incomoda,
Esperando el día próximo,
Esperando el día último.


César Palomares

He ido por todo el mundo.

He ido por todo el mundo,
Vagando por amores,
Mudando por desamores,
Mirando a los abismos,
Y lo negro que puede ser la vida.

He amado muchas mujeres,
Comido de sus senos,
Las he besado en los rincones de los cines,
Las he vulgarizado en las calles,
No miento en absoluto,
Mi perro esta de testigo,
Le cuelgo los recuerdos,
Dejados por ellas.

Mujeres infinitas,
De pantaletas cortas,
Amo sus desdenes,
Amo su ignorancia,
Son brillantes con el sexo,
Mujeres insaciables.

Pero estoy triste,
Vacía se ha tornado mi vida,
Cuando conocí esos ojos,
Italianos parecían,
La amo tanto,
Que no puedo olvidarla,
Es una diosa de cabellos negros,
Toques celestiales en su rostro,
Una mirada infinita,
Que te lleva al más profundo delirio amoroso.

Así es ella,
Sin un ápice de ingenuidad,
Bendita sirena,
Del agua surgiste,
Con dones de estrella.


César Palomares

Sigue mis pasos.

Sigue mis pasos que dejan hullas de letras,
Entra por mi puerta entrecomillada,
Mira a tu derredor y ve las fotos de alfabetos antiguos,
Toma una silla de semántica juzgada
Come en mi mesa de verso y prosa,
¿Que hay de comer? Me preguntas,
Pues no hay libros insensatos,
Sólo las odas que salen mi boca.


César Palomares

Que pases buena noche

Despídete de mi esencia,
Del masaje de mis manos,
Y si se puede
Hazlo también de mis ojos.
Despídete de todo,
De nuestros pies juntos,
Deja el salero y el pan donde los encontraste.
Húyete a donde te proclama el viento,
Deja que te guíe tu nariz perfilada,
Vete con la noche estrellada
Y que pases buena noche.


César Palomares

Hasta mañana amor.

A veces, cuando estamos tu y yo,
Y también el salero sobre la mesa,
Me pregunto sobre nuestra suerte,
Pero después ya no lo hago,
Dejo que el día se apodere de mi;
Escuchar ese viejo tango,
Mirar las fotografías insulsas como su color,
O leer los viejos versos en tu honor,
Mientras tú no haces nada,
Entonces me vuelven las preguntas,
Pero ya es de noche y quiero dormir,
Hasta mañana amor –te digo-
Pero eres tan simple que sólo respondes:
-si, hasta mañana amor-


César Palomares