jueves, 24 de diciembre de 2009

Inspiración

Por qué hablar de corazones imposibles,
si bien las piedras son bellas y
más cuando son rozadas por algún agua,
de algún río de un pueblo cualquiera.

Si quiero escribir de ella o de lo otro
me invade el recuerdo de la nada
y me pongo a describirla,
ahí ella con su hermoso vacío,
y sus ojos de aire que no huele.

De que me sirven las musas cotidianas
de senos bien formados
o de espinas sobre el tallo
cuando tengo frente a mis ojos,
un gato amarillo.

La inspiración es la intimidad con la cosa,
la contemplación de su ánima
y la traducción de su forma a las letras.

Las musas no son objetos pendientes
en la plaza de tus pensamientos,
las musas son tus tiempos más pequeños.


César Palomares

viernes, 30 de octubre de 2009

...Sueño...

...y vuelvo a sentir con claridad.
tengo un año muy lleno de ti,
cierro los ojos
y puedo ver que ya dormí...

César Palomares

viernes, 25 de septiembre de 2009

El origen de la vida

Del polvo puedo asegurar, nace una montaña,

de un trazo a mano alzada nace la arquitectura,

si escribo, tomas forma de mi lectura

a cada palabra, a cada mínima partícula de polvo.

Entonces la forma viene dándose desde ti,

desde tu penumbra,

desde las pupilas de tus ojos

como luz que se vislumbra

entre el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.

El origen que viene de ti,

del ser ser,

del ser flor y dejar semillas,

del principio de la física y la química

del poner mi vida en las letras

y dejarlas que se vayan como vinieron,

austeras, sinceras y dominantes.

Se trata de ti y de tu fruto

y de la manzana del árbol

y del árbol de leche,

se trata de tu herencia,

y de cómo el mundo lo arrulle.




César Palomares

jueves, 30 de julio de 2009

De ti, de mi y de todo el mundo

Si tú lloras,
yo lloro,
y el interior del mundo llora
y crea ríos y oceanos,
y el cielo conmovido también llora.

Si tú lloras,
mi vida llora,
llora mi piel,
lloran mis venas,
lloran las huellas que dejan mis pies en la playa.

Si tu lloras,
qué lloro más que tu tristeza?
pues lloro y lloro como la llorona que lo hace por sus hijos,
y que va de calle en calle en pueblos mágicos,
esparciendo sus humedos ojos.

Si tu lloras,
si yo lloro,
si las lágrimas lo hacen también,
quiero estar ahí, sempiterno con terciopelo,
esperando a que caigan las hojas del árbol.



César Palomares

jueves, 18 de junio de 2009

Cuento

Erase una vez nosotros,
entre los hombres de un lugar cualquiera
los dedos suaves de tus pies,
el lunar que cubre tu pantorrilla,
tus palabras que a veces no comprendo,
esa mirada sutil que parece pintura abstracta,
esa arquitectura barroca de tu forma.

Y comenzamos a querernos
como se quieren un árbol y su rama,
tal vez a acostumbrarnos
como el amor y la locura;
que no saben comprenderse
pero buscan estar unidos por una costura,
aunque sea por el mínimo hilo de aire.

Y después de tanto tiempo de nosotros,
llegamos a más que querernos o acostumbrarnos,
llegamos a herirnos y curarnos uno al otro,
y aun en el fin del mundo
nos decíamos tanto...
...continuará.

viernes, 15 de mayo de 2009

Quiero...

Quiero saber si del viento de tu aliento

se desprende una orquídea fantasma

que la eleve a la intimidad del espacio,

o haga reflejo en la cima de tu ojo.

Quiero ver si te mantienes entera

o te deshaces en un abrazo,

pues te quieren mis sueños de musa y

en espera está un poema por tu boca.

Quiero que seas de mí a la luz de los arbotantes

del camino que lleva a ningún sitio

y que no importa a donde vaya o en donde me deje

o a que hora termine su recorrido,

pues no quiero irme de tu mano.

Quiero de vez en cuando

acariciar tus olas de cabello,

y hacer surgir constelaciones de tus pecas.

Quiero decirte suavemente

que tu alma impacta a mi alma

cualquier día de la vida

o siglo de un momento.

Quiero de ti a ti misma

a tu voz que acaricia los vientos

que cruzan los infiernos.

Quiero sueños de papel en forma de barco

y convidarte a un viaje trasatlántico

que terminé cuando me quieras.

Quiero decirte jamás una palabra

que no combine con tus oídos

y establecer el diálogo a oscuras

que imparta la timidez de la locura.

Quiero de pie, discursar por ti

Por mi y por ti una vez más,

Pues te necesito

Aun cuando no lo quiero.

César Palomares

miércoles, 15 de abril de 2009

Alas

Quién espera alas grandes de cera
para levantar el vuelo a la cima de la montaña atómica,
resguardando la ventisca en el plumaje calcinado
que ha de promover las llamas de un infierno cautivante.

Puede ser que el ser en tanto ser sea,
pero si no es, será para serenar las mañanas neblinosas
esparciendo a viento de alas matutinas,
las caricias que propinan un golpe de estado.

Y aunque llenas,
mis alas tienen un sitio para tus formas titánicas,
respaldando tu deuda con las multinacionales divinas.

Quién te quiso las alas al punto de hurtarlas,
y en momentos públicos lucirlas a medio esplendor,
sin saber que el plumaje era de la serpiente.


César Palomares

lunes, 16 de marzo de 2009

Nacionalismo

Te declaro que me gustas
aún más que el mole rojo
que tiene un rocío de ajonjolí y
que va acompañado de carne de guajolote.

Eres más bella que una rutina de voladores
como los de Papantla,
ahí, abalanzándose de los pies
en el hermoso aire
con sus hermosas alas de carne y hueso y dedos.

La filosofía maya pareciera que fue sacada de tu vida,
de manos enterradas en la profundidad de tu matriz
o de semillas del sol echadas a los cuatro vientos.

Mi bandera mundana

no tiene los colores de tus pecas marrones
Y el himno que cantó en días patrióticos
No hace lucir mi voz

como cuando te recito uno de mis poemas.

Te declaro que tu piel Azteca
extendida a la luz de la historia,
declara la vida de la ciudad
y el porqué las estrellas
están siempre ausentes en días nublados.

Es entonces que te digo
que soy ciudadano de nada

cuando sólo persigo serlo de tus ojos.


César Palomares

lunes, 16 de febrero de 2009

Pecado original

Dejaste que el alma del fuego se secara
sin prever que era el puente hacia el todo,
ahora nos toca sembrar y cosechar e ir de pesca,
tal vez comer una o tres veces al día,
escarbar para encontrar esperanza en tierra santa,
o yacer en campo santo agotado de la búsqueda.

La tentación que cometió tu boca,
recorrió tus tobillos
atravesó penínsulas y siglos
y las redes de los pescadores en mar
hasta llegar a crear el infinito.

Así, tomando las formas de agua y fuego
fuimos cíclicos hasta el ocaso
y la descendencia de tierra y agua
llegó para tomar su lugar en el universo.

¿Qué es lo que queda después de algo?
Nos queda la sombra de la claridad inoportuna
y nos queda la eternidad
que aun podemos complicarla

De haberlo sabido
me hubiese comido a la serpiente
para mirar la desnudez del viento que nos acariciaba.



César Palomares

jueves, 15 de enero de 2009

Mi capitana

Deja que mis sueños muevan tu barca,
que las olas de mis pensamientos
guíen en época de diluvios
tus maderas hasta la isla encantada.

La mar que parece dos leguas más vieja
ha inclinado su marea
y cubierto tus pies.

Cuando la tormenta se dirija a ti,
no tengas miedo,
la vela está hecha de papel
y el mástil es tan duro como uno de tus cabellos.

Déjala que te mueva en un vaivén desesperado
pues sabe que no puede hacerte algo.

Mi capitana de los días y las noches,
yo te espero siempre que vengas del viaje
no importa que sea día de guardar,
o que el tiempo de las cerezas haya terminado,

yo aquí de pie como deseo que sea.


César Palomares