sábado, 3 de noviembre de 2007

Comprendo.

Comprendo la sensibilidad de las flores
De esos rayos solares que queman hasta los huesos,
De las noches en vela, esperando a un hijo desmañanado,
De las horas que pasan y no cesan ni por un minuto.

Comprendo tú mirada ahora, la del otro día,
La de la noche anterior mientras caminábamos con frío en los dedos,
Con los ojos cerrados y hasta bien abiertos,
En ayuna, en días de guardar,
En los rezos del muerto de la risa.

Comprendo que hoy es domingo y quieras caminar,
Que te hace falta el aire del parque verdoso,
Que no puedes vivir sin mirar los lodazales de los patios traseros,
Te duele hasta el alma cuando no lo haces,
Y te quedas tendida como medio muerta

A disposición de las estrellas.

César Palomares