sábado, 1 de diciembre de 2007

Destino.

Habitualmente como, duermo, tengo sexo,
Me relajo de cabellos hasta la bilis.
Pero sino es así fumo, bebo,
ensordezco las calles de doble sentido,
O puede que escriba poesía ingrata,
Tal vez ir a una parroquia y consultar a un sacerdote
Y alegrarnos de nuestras vidas comparándolas con la de Jesús.
Dormir, prever la luz del día con un reloj Timex,
No muy caro, sencillo como de imitación,
Pues mirar la hora no debe costar dos meses de trabajo.
Llegar a casa, volver a dormir, consultar la hora,
Levantarse y desnudarse para vestirse adecuadamente.
Destino; nada más.


César Palomares