sábado, 1 de diciembre de 2007

Asesinar o ser asesinado.

Sinceramente pierdo cuando lo hago,
Ya sea nada o algo.
Hoy el día quema como si pisaras, no lo sé,
Cualquier cosa, hojas secas o agua de lluvia.
Si no te beso es porque no encuentro tus labios
O están demasiado oscuros que se funden con las sombras.
Asesinar o ser asesinado, es el alma de la vida.
Me asesinas cuando olvidas llamarme o no avisarme de tu ausencia,
Te asesino cuando estamos juntos
y no sé olvidar los abrazos de otras gentes,
las caricias, los roces de dedos y tus cabellos.
Y morimos y nos quedamos tendidos uno sobre el otro,
Con los ojos abiertos para saber quien dio el último golpe,
El que se da a quemarropa,
El que hace que la gente no vuelva para hacerlo sufrir.
Y quien vive llora, suspira, y quiere morir junto al otro,
Y espera la resurrección,
Pasan tres días y nada.
Pasa tu vida y aun menos.
Hoy la noche brilla humildemente,
Como si yo hubiese llegado por vez primera


César Palomares