sábado, 20 de octubre de 2007

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Cess estaba sorprendido por la belleza de aquella niña, se sentó a su lado y la cubrió con una hoja de shenmue. “No llores –dijo Cess- las lágrimas no te permitirán ver las estrellas”, ella volteo y lo miró, le agradeció la ayuda y le dijo –te conozco, hace tiempo que vienes y platicas con nosotras, tal vez no me recuerdes, todas somos tan parecidas.