sábado, 20 de octubre de 2007

10

Cuando llegó se sentó y observó las estrellas, no parecía que algo hubiese cambiado, probablemente el mar se había tragado un poco al lugar y no más, comenzó a recordar a aquella estrella y lloró, lloró tanto que formo un pequeño charco debajo de él; siempre los recuerdos se tornan nostalgias, y la mayoría de las ocasiones, las nostalgias traen cargando a las lágrimas -se dijo a él mismo. Cuando miró hacía abajo donde se encontraba el pequeño charco, miró a Kary, sus ojos parecían nubes de un cielo nublado –no llores, las lágrimas no te permitirán ver las estrellas, le dijo Kary-. Dónde has estado, te busqué, le dijo Cess, Kary le dijo: siempre he estado contigo, te he acompañado desde que te conocí, yo nunca me olvidé de ti, hace mucho tiempo que no vienes a éste lugar y creí que me habías olvidado, yo nunca lo haré, a donde quiera que vayas ahí estaré.Kary se había convertido en una gran estrella, que alumbraba todo el universo, y desde entonces Cess se sentaba cada tarde y conversaba con ella, y nunca se volvieron a separar.