sábado, 7 de junio de 2008

Siempre te pierdo...

Siempre te pierdo pues estas conmigo,
no puedo contenerte el alma que palpita de tus ojos,
que viaja a perderse hasta el sentido,
o que cubre de espejos su presencia.

La última mirada que echa un moribundo
se parece a tu gesto cuando sientes mi presencia,
y no mejora con el pasó de la tristeza
pues prefieres vivir con ella de almohada
comer, beber y volver a comer,
vaciar de bla bla bla’s tu lengua
y reposarla en alcohol o algo en que purificarla.

La memoria de los minutos recapitula risas
y promesas y cantos de final,
y sólo los tuyos son los que sí,
los que no, los que a veces,
los que siempre, siempre,

siempre, recuerdo.

César Palomares