lunes, 6 de agosto de 2007

Hoy es martes y lloraste.

Hoy es martes y lloraste,
No te importo que fuesen las ocho de la mañana,
Tampoco que el desayuno estuviera insulso.
No llores mi niña,
Predecirme la muerte no debe importarte.
Anda, coge mis ojos del suelo y,
Colócalos como pendientes en tus tiernas orejas,
No sufras de mi muerte imaginaria.

Hoy ya es miércoles y no veo que pares de llorar.
César Palomares