martes, 29 de enero de 2008

Irresistible.

Incomprensiblemente irresistible,
conjugando las miradas
que entran por las puertas
y van de aquí para mis ojos
y de mis ojos a nuestros labios.

Tus formas,
rodando suavemente
por las yemas de mis dedos,
como gotas de una fuente
de interminable gracia.

Irresistible como una caminata,
que sé yo, por tus ojos cafés
o tu rostro de agua íntima
o a paso de luna, no lo sé.

Es que tu brillo de estrella
de una ciudad sin luces
me mejora, me ata de ojos y de olores,
y entonces me pierdo ahí,
justo en el resuello de tu cuerpo
que nadie quiere escuchar,
sólo me atrevo yo.

Infinita, profunda, desnuda, apetecible,
Irresistible, y yo, mirándote.

César Palomares