Del polvo puedo asegurar, nace una montaña,
de un trazo a mano alzada nace la arquitectura,
si escribo, tomas forma de mi lectura
a cada palabra, a cada mínima partícula de polvo.
Entonces la forma viene dándose desde ti,
desde tu penumbra,
desde las pupilas de tus ojos
como luz que se vislumbra
entre el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
El origen que viene de ti,
del ser ser,
del ser flor y dejar semillas,
del principio de la física y la química
del poner mi vida en las letras
y dejarlas que se vayan como vinieron,
austeras, sinceras y dominantes.
Se trata de ti y de tu fruto
y de la manzana del árbol
y del árbol de leche,
se trata de tu herencia,
y de cómo el mundo lo arrulle.
César Palomares